Entrevista con Andrés Ruggeri: Empresas recuperadas en Argentina

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México, DF 19 de junio del 2014. En cabina nos acompañó el compañero Andrés Ruggeri, quien es antropólogo social por la Universidad de Buenos Aires, Director del Programa Universitario “Facultad Abierta”, ligado a la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y además, un ciclista de corazón, quien ha recorrido en dos ruedas y pedaleando diferentes partes del mundo, tanto en América Latina, como en otras latitudes.

Andrés es parte de un grupo de investigación SOCIAL en toda la extensión de la palabra, no acotada al ámbito académico, que asumen un papel social y compañero dentro de los procesos sociales en Argentina, como trabajadores intelectuales o académicos, es el Director del Programa Facultad Abierta, programa universitario nacido al calor de las luchas sociales que estallaron ante la crisis económica, social, política y cultural que irrumpió en Argentina en los primeros años del siglo XXI, centrándose y participando en el contexto de las Empresas Recuperadas por los trabajadores. Este programa busca ser una instancia de apoyo al movimiento social y parte del mismo, desde trabajadores de la investigación y estudiantes que asumen un compromiso social y político para colaborar en la generación colectiva de conocimientos desde los mismos movimientos y quienes les dan vida. Dentro de este proyecto también surgió el Centro de Documentación de Empresas Recuperadas dirigido a rescatar las experiencias de estas empresas, abierto a la sociedad en general, a estudiantes y a los mismos trabajadores, como una herramienta para el movimiento. Este Centro de Documentación nació a partir de la lucha de los y las trabajadoras que fueron por inercia propia construyendo procesos autogestionarios en las fábricas abandonadas y desmanteladas por el capital.

En el 2001, en Argentina, el modelo capitalista neoliberal y sus políticas generaron una crisis social en su totalidad: económica-política-cultural-social. El capital abandono por conveniencia o por incapacidad multitud de empresas: fábricas, hoteles, restaurantes, imprentas, etc., dejando a miles de trabajadores en desempleo y la desesperación, gestando una fuerte movilización de diferentes sectores de la sociedad, inundando las calles, gritando rabia y desesperación. En este contexto comenzó a emerger una propuesta (que no era nueva, pues ya desde años antes, incluso décadas, los trabajadores argentinos habían tenido experiencias de ocupar fábricas como medida de presión contra la patronal, y en la última década del siglo XX, se dieron de manera aislada, experiencias de ocupación, recuperación y autogestión de empresas por parte de los y las trabajadoras), que se extendió entre diferentes grupos de trabajadores.

Comenzaron a ocupar las empresas, en un primer momento para defender su puesto de trabajo y comenzaron a vislumbrar desde ellos y ellas mismas, la necesidad de recuperarlas con sus propias manos y medios, de autogestionarlas: tomar en sus manos la responsabilidad de recuperar el trabajo y el sustento diario, de organizar la producción, de aprender a administrar, comercializar y echar a andar esas empresas que otrora fueran capitalistas, bajo un modelo económico-productivo-laboral diferente, donde el trabajo sea parte del colectivo, sin jerarquías laborales, donde todos los involucrados en el proceso productivo-laboral fueran quienes tomaran las decisiones y la responsabilidad de llevarlas a cabo, bajo la premisa de no explotar el trabajo de otros, generando cooperativas de trabajadores, empresas recuperadas autogestionadas, con todas las dificultades que esto implica, internas y externas.

Hoy, la recuperación de empresas no ha terminado, siguen dándose procesos donde las y los trabajadores deciden recuperar las empresas y autogestionarlas, existen alrededor de 300 empresas recuperadas en Argentina, de diferentes ramos productivos y de servicios, desde hoteles, como el Hotel B.A.U.E.N., que hoy enfrenta una sentencia de desalojo por parte de las autoridades, hasta empresas gráficas, o metalúrgicas.

De estas experiencias viene a hablarnos Andrés Ruggeri, compartiéndonos un poco esas historias, esas experiencias, esos procesos, sus dificultades, su irrupción, su historia, su andar, como una experiencia nacida no desde los teóricos, académicos o intelectuales, sino desde el seno de la propia clase trabajadora, desde su necesidad, su experiencia, sus tropiezos y dificultades, y que es digna de conocer, una experiencia nacida desde el abajo social, que poco a poco ha ido extendiéndose cada vez más entre algunos trabajadores argentinos, sin llegar a generalizarse, una experiencia de trabajo autogestionario, no capitalista (no se permite explotar a otros trabajadores), cooperativo, colectivo, que tiene que sortear sus dificultades internas y sus logros, con una dinámica capitalista voraz, que impera en el mundo, en la Argentina misma.

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